Si queremos imaginar y dar una mirada hacia el futuro de la salud en Colombia sin sesgos ideológicos, hay que empezar por anotar que las épocas de crisis no son exclusivas de un sector específico, como tampoco las épocas de prosperidad. Si bien es cierto que el sector salud pasa por una crisis financiera muy profunda, no es menos cierto que son muchas sus ganancias con el modelo actual.

Cuando se revisan los indicadores de principios de los 90 los resultados saltan a la vista: la cobertura pasó de un 24% a un 96%. El acceso a la consulta por prevención creció en un 83%. El porcentaje de mujeres con al menos cuatro controles prenatales pasó de un 70% a un 90%. El acceso a la atención médica en el parto aumentó de manera considerable de un 30% a nivel nacional, a un  116% en los segmentos más pobres[1].

Además, el esfuerzo financiero que ha hecho el Estado colombiano por financiar el sistema ha sido enorme; el gasto de bolsillo pasó de representar el 44 % del gasto total en salud a sólo 14%. En conclusión, el sistema aumentó la cobertura, cerró la brecha entre ricos y pobres, brindó a la población un mejor acceso a los servicios de salud y aumentó la protección financiera de los usuarios.

A estos logros han contribuido, de una u otra manera, todos los actores del sistema. En el caso de Coosalud, una empresa con un modelo de salud con enfoque familiar y comunitario, se ha incidido de manera positiva en el desarrollo de las comunidades más vulnerables, al convertir a los usuarios en autogestores de su salud adoptando estilos de vida saludables.

El modelo se fundamenta en la intervención de tres grupos de riesgo: i) mujeres en edad fértil, con programas de control prenatal y de planificación familiar para evitar los embarazos no deseados y riesgosos, sobre todo en adolescentes; ii) niños menores de 5 años, con un programa para enfermedades respiratorias; y, iii) mayores de 40 años, para prevenir e intervenir enfermedades cardiovasculares.

No obstante, los avances en salud no pueden hacernos olvidar que hay grandes problemas financieros por resolver: el pago de la cartera a EPS e IPS; la igualación de la prima del régimen subsidiado que es inferior en un 9% a la del contributivo; la financiación de los llamados servicios no POS; y fortalecimiento de la red hospitalaria pública.

La solución a esta problemática empieza por aumentar la velocidad del dinero entre los actores, acompañado de “…un trabajo simultáneo de recapitalización (…), limpieza del balance, movilización de los bienes improductivos y reestructuración de las deudas de las empresas productivas viables que permita recuperar la senda del crecimiento dinámico[2]” del sector.

Hoy hemos sido dinamizadores de la economía y del desarrollo social al gestionar de manera eficiente los riesgos en salud, lo cual nos ha permitido tener personas saludables y productivas. Y al mirar hacia adelante, nos vemos como una empresa generadora de valor y bienestar, admirada por su gestión del conocimiento y con alta reputación por el cumplimiento de la oferta de valor a sus stakeholders, ocupando, orgullosamente, un lugar de primer orden dentro del concierto empresarial del país.

Artículo de Jaime Gonzalez Montaño, Gerente General de Coosalud en el Diario La República.

1 Cifras de Minsalud. Exposición de Motivos Ley ordinaria de Salud 2013

2 Sergio Clavijo. Crisis Financiera, Regulación y Supervisión: Algunas Lecciones para Economías Emergentes. Mayo 2001

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